La palabra de cinco letras “WATCH” (en inglés reloj) puede ser un mantra tan poderoso para promover los cinco valores humanos básicos de la verdad, la acción correcta, la paz, el amor y la no violencia, como el de cinco sílabas Namah Shivaya, para promover el progreso espiritual de un aspirante.
Son tres las categorías de personas que apoyan y sostienen la sociedad humana: los que producen, los que cuidan y los que guían; los trabajadores, los soldados y los maestros. Una sociedad puede ser fuerte sólo cuando aquellos que producen el alimento, la ropa y el abrigo están bien equipados y activos, cuando los guardianes de la ley y el orden y aquellos a cargo de las fronteras son patriotas y entrenados, y cuando aquellos que abren los ojos de los niños y desarrollan su riqueza innata, están llenos de amor y comprensión.
Estos tres son como las tres patas de un trípode. Pero, tal como sucede con una mera estructura de tres patas, el trípode no puede ser útil y eficiente. Las personas por las que velan y cuidan las tres categorías forman la tabla encima de las tres patas. El asiento debe ser atornillado fuertemente a las patas, siendo los tornillos la paz, el amor y la verdad; a su vez, el proceso de atornillar y apretar corresponde al anhelante entusiasmo por el progreso, la prosperidad, seguridad y unidad, el sincero esfuerzo por aceptar y promover los cinco valores humanos de la verdad, acción correcta, paz, no violencia y amor. Estos cinco valores son tan esenciales para una vida plena y digna como los cinco aires vitales (pranas) mencionados en las Escrituras.
El rol del maestro
El maestro incorpora estos valores y los establece en la sociedad. Ésa es su oportunidad, su deber, la justificación de su profesión. Por tanto, él se vuelve responsable por la eficiencia y excelencia de las otras categorías también. Tiene que soportar la carga de formar y perfeccionar a los productores y los guardianes también. ¿Por qué? La paz y la prosperidad del mundo dependen del maestro, de su personalidad, carácter, destreza y visión. El fruto de sus esfuerzos debe ser la liberación misma de las falsedades del dolor y el placer, la aflicción y la alegría. “La sabiduría es aquello que libera”, dicen los Upanishads. El maestro no debe limitarse a los libros; el universo es su texto. Tiene que asimilar y transmitir el conocimiento y la experiencia de que el universo es divino, verdadero y sagrado. Un buen maestro es un perpetuo aprendiz; para él, la naturaleza (prakriti) es la mejor maestra.
La palabra prakriti se traduce usualmente como naturaleza, para indicar todo lo que la Voluntad Divina ha proyectado. La gente usa esta palabra para denotar el cuerpo de uno. Si uno desea expresar que su salud no es buena, dice: “mi prakriti no está bien”. El significado de la palabra prakriti comprende no sólo el cuerpo físico sino también la conducta, la actividad, el sentimiento, el habla y los motivos que lo gobiernan y ejemplifican. El maestro enseña no solamente valiéndose de sus palabras o de los libros, sino más por sus actitudes, aptitudes, prejuicios y preferencias, los medios y métodos que él emplea y su conducta y hábitos. Un buen estudiante es una ofrenda que un buen maestro hace a la nación. El estudiante ha aprendido de la vida diaria del maestro a no dañar a otros con palabras duras y no permitir a la mente entretenerse en malos pensamientos.
El maestro debe elevarse a sí mismo por su dedicación
Cuando Kalidasa estuvo en la corte, el emperador Bhoja enfrentó a un famoso erudito con otro igualmente famoso oponente. Cuando encontró que ninguno fallaba ante los argumentos del contrario, invitó a un alumno de cada uno de estos eruditos y los alentó a que entraran en debate para descubrir cuál maestro era superior, a juzgar por el rendimiento de los estudiantes. Pero ellos tampoco pudieron superarse el uno al otro. Los miles de personas que presenciaron los productos finales de la enseñanza de los maestros aclamaron su grandeza con aprecio unánime.
Un presidente o un primer ministro es elevado a esa posición gracias a los maestros que lo promovieron e implantaron el coraje, la confianza y los elementos de liderazgo en sus años formativos. El maestro no debe condenarse a sí mismo como débil ni pensar que su trabajo es su último recurso. Tiene que dejar de lamentarse por su suerte, apreciarse a sí mismo y estimar su trabajo, porque está dedicado a los cinco valores humanos.
Mensaje de reloj de pulsera (watch)
Actualmente, todos llevan un reloj de pulsera; los relojes son de muchas variedades, en tamaño, forma y costo; las pulseras también son de diferentes materiales y valor monetario. Nos dicen la hora; también sirven de decoración y como ornamento. Cuando llegaron por primera vez a Puttaparti, crearon gran conmoción y asombro. Yo tenía entonces nueve años. Escribí una estrofa sobre los portadores del extraño objeto y sobre la tira de cuero alrededor de las muñecas. Ahora, el reloj se ha vuelto parte de cada muñeca. Sólo que el portador no ha aprendido el mensaje del reloj (watch en inglés), que es el potencial de despertar la Divinidad latente en el hombre. El nombre, WATCH, tiene cinco letras. El mantra que lleva al aspirante a Dios (Shiva) –Na-mah-Shi-va-ya– tiene cinco sílabas. WATCH es como un mantra de cinco letras -al igual que Namah Shivaya-; y si uno medita en ello, es igual de significativo y trascendental.
La W: La primera letra nos recuerda la práctica de observar la palabra (word). Uno no debe dedicarse a los chismes o a expandir calumnias y escándalo ni a herir a otros y contaminarse a sí mismo. Examinen la palabra antes de que la lengua la pronuncie; ¿es veraz?, ¿dañará?, ¿es necesaria? Adviértanle a la lengua que no debe hallar gozo en la falsedad ni en el desprecio u otras actitudes similares. Adhiéranse a la verdad a toda costa. Ése es el valor humano básico.
La A: La segunda letra nos recuerda la práctica adicional de observar nuestras acciones (actions). Estén atentos para que cada actividad conduzca a su progreso moral, para el bienestar de la sociedad, es decir, siga el código de moral del dharma (rectitud, acción correcta). Dharma también significa naturaleza innata. El fuego tiene que expandir calor y luz a la vez que arder. Éstos son su dharma. Sin ellos, no es sino un pedazo de carbón. El azúcar sin el sabor dulce no es sino un polvo sin valor. Una rosa sin fragancia podría muy bien ser un sustituto plástico. El dharma del hombre es amar y servir a sus semejantes, practicar la verdad sin causar daño a otros. La “A” nos enseña a manifestar el dharma en cada acción nuestra. El dharma o acción correcta es otro gran valor humano.
Los pensamientos deben reforzar la paz innata
La T: La tercera letra indica otra práctica adicional, la de observar nuestros pensamientos (thoughts). Mientras nos adherimos a las dos anteriores, adiestramos la mente a no reaccionar vehementemente o vengativamente cuando somos culpados o alabados. ¿Por qué debería uno preocuparse si la acusación no tiene base? Los pensamientos deben reforzar la paz y la tranquilidad internas, que son nuestra propia herencia. No deben crear ansiedad, ira, arrogancia o envidia, que son extrañas al centro divino de los seres humanos. Los pensamientos, cuando son vigilados y controlados, promueven la paz, otro precioso valor humano. La paz es la joya que se han ganado los sabios. Reside en corazones libres de orgullo y de codicia.
La C: La cuarta letra del mantra de cinco letras nos enseña a vigilar el carácter (character). El carácter es tres cuartas partes de la vida. El aspirante espiritual debe dirigirse a la adquisición de los tres valores ya mencionados, por medio de una estricta vigilancia. El hombre es la propia encarnación del amor; así, su carácter encuentra expresión por medio de una actitud saturada de amor. Una vida sin amor es realmente una muerte en vida. Cada pensamiento, palabra y acción debe emanar del amor. El amor debe unir a la comunidad como una; fortalecer el sentimiento de hermandad y satisfacer el anhelo de expansión. El amor debe extenderse a toda la humanidad y a Dios. Si el hombre carece de ese carácter firme y altruista, él es como un hogar sin luz, una vaca estéril, una cometa que va cayendo totalmente a la deriva, una moneda falsa. ¿Está observando la verdad? ¿Es virtuoso? ¿Tiene serenidad? ¿Lo motiva el amor en cada una de sus acciones? Éstas son las pruebas.
Vigilen el corazón y los sentimientos que él origina
La H: La quinta letra, nos instruye en vigilar el corazón (heart) y los sentimientos que él origina. Nos recuerda el valor humano de la no violencia. El corazón no significa la máquina física del tamaño de un puño que tenemos para purificar y bombear sangre. Es el centro de las emociones, buenas y malas. Tiene que ser vigilado, para que solo se puedan manifestar las buenas emociones. Debe expandirse para incluir a todos los seres vivientes, sentir parentesco con toda la creación. “Mi realidad es la realidad de todos”, esta verdad debe estar siempre presente. Entonces, la idea de la violencia nunca podrá anidar en el corazón. El sentido de unidad no puede producir competencia ni confrontación. El quinto valor humano, la no-violencia, es promovido por la práctica indicada por la letra “H”.
Por carecer de estos cinco valores humanos, la humanidad se halla en este estado de angustia y desastre. Los diarios de la mañana están llenos de asesinatos, masacres, asaltos y hechos de sangre. El cerebro y la mente han sido contaminados hasta un punto peligroso. La educación apunta únicamente a proveer información y promover destrezas. No ha abordado el problema de la degeneración moral ni el desarrollo de la percepción espiritual. El hombre se está convirtiendo en un bruto con forma humana. Vali, el mono, se dice que discutió porque Rama lo había herido con su flecha mortal, a pesar de que el pecado que había cometido era perdonable y hasta correcto entre monos. Pero Rama respondió que Vali era un mono sólo en apariencia; que conocía tanto el bien como el mal, de modo que merecía el castigo. El hombre, hoy en día, es una bestia con apariencia humana. Para desarrollar y demostrar valores humanos, tendrá que desprenderse de la bestia en él y volverse humano, un peregrino hacia Dios. La contemplación del reloj, “watch”, es el medio óptimo para lograr ese fin.
Dios puede ser alcanzado por medio del sabio uso del tiempo
El reloj, “watch”, les enseñará la verdad. Les advertirá en contra del mal y los alertará a ser buenos. Se lleva como una joya, así que también es belleza, además de ser un maestro y recordatorio de valores humanos. El reloj es el símbolo del tiempo. Carecemos de todo poder ante el tiempo, pero el Creador y Director del tiempo puede ser ganado y alcanzado por el sabio uso del tiempo. Solamente instruir a otros sobre este significado interno de la palabra “watch” y del mantra de cinco letras, que se deriva de las cinco letras W A T C H, no es suficiente para que cumplan con su deber.
El reloj les aconseja que se vigilen a sí mismos, para ver si tienen las credenciales para esa enseñanza. Cien ojos estarán observando cada palabra y acción suya a fin de descubrir si han dominado los valores humanos y si los están practicando.
Y, más importante que todo, Dios, el Vigilante Universal, está presenciando y sopesando cada pensamiento, palabra y acción suyas. El Dios dentro de ustedes examina y juzga. Podrán adquirir autosatisfacción por medio de la sinceridad y la serenidad. Prueben su humanidad por medio de la práctica de los valores que son cualidades únicas del hombre.
- Sathya Sai Baba.
discurso pronunciado en ocasión de la inauguración del Taller para Maestros y Trabajadores de Campo involucrados en el Programa de Educación en Valores Humanos – Prashanti Nilayam, 7 de marzo de 1986.
(nuestro agradecimiento, a la página de difusión Sai en facebook : Sai Lista Gus)
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