miércoles, mayo 09, 2012

Yo estoy en cada uno, con todo mi resplandor.


¡Hijos de la inmortalidad!,
recuerden que han sido creados
según mi imagen y semejanza: ¡perfectos!

Vivan según esta imagen, siempre y en todos los planos.
¡Vivan como amos!

Caminen por esta tierra con la cabeza erguida,
con sus espíritus elevados,
con sus corazones abiertos al amor...
y crean en ustedes mismos
y en Dios dentro de ustedes.
Entonces todo saldrá bien.

La Tierra no es sino una manifestación de mi ser,
¡hecha de mi vida!

Dondequiera que vean, estoy ahí.
Dondequiera que caminen, estoy ahí.
Con quien estén, yo soy esa persona.
Yo estoy en cada uno, con todo mi resplandor.
Véanme en todas partes,
hablen conmigo y ámenme,
porque estoy en cada uno.

Entonces, desde cada uno yo responderé
y les daré la gloria.
No me pueden ver en un lugar
ni en otro, pues yo lleno todo el espacio.

No se pueden escapar de mí
o hacer algo en secreto,
porque yo no tengo secretos.
¡Vivan...vivan...vivan en perfecto acuerdo
con mis leyes y seguirán maravillas!

Piensen ahora: ¿obstruye el error el libre fluir
de la esencia de mi ser hacia ustedes?
Pídanme en este momento que les revele sus errores
en el silencio de su meditación.

Dejen que los viejos recuerdos broten en ustedes
desde mi subconsciente en ustedes:
moldes viejos,
viejos sentimientos y pensamientos olvidados.
Ahora sumérjanlos en el océano de luz,
quémenlos desde la conciencia
para que puedan volverse
verdaderos emblemas de mi ser

En este momento
visualicen mi flama ardiente
que se eleva más y más
a medida que los va quemando.
Es una flama que se va enfriando,
limpiando y curando;
que calma la pena escondida...
y los deja calmados y silenciosos.

Descansen en mi amor,
dejen todo lo que han sido
en sus muchas vidas hasta este día;
derrítanse en mi luz redentora.
¡Hijos de mi ser!,
disuelvan sus penas y temores en mí,
déjenme borrar todo su karma.

Regresen a mi conciencia, que es
su propia y verdadera conciencia.
Dejen que su pequeño ser se desvanezca,
en este momento, a medida que vienen hacia mí,
que soy su ser interno.

Ahora son mi radiante y glorioso ser...
Nunca más se separen de mí.

¡Derrítanse en mí,
fúndanse en mí!...
¡Vuélvanse yo!

Con Amor,
Baba


del libro: Cartas de Sai Baba a sus estudiantes.


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