miércoles, febrero 01, 2012

El mar de la vida es transitorio

El amor y la destrucción nacen del mismo lugar. ¡Observen! El mismo mar que produjo gemas, la luna, el néctar y la diosa de la riqueza, también produjo el veneno destructor del mundo. Bajo estas circunstancias, el hombre debe como Sri Narayana (Señor Dios) aceptar lo bueno y auspicioso; de otra manera no podrá tener ni el néctar ni a Lakshmi, la Diosa de la Fortuna. Los heroicos y aventureros, como Shiva, pueden tomar el veneno como su recompensa.

Este mar de la vida (samsara) que es transitorio, turbulento a causa del oleaje de la alegría y el dolor, sólo podrá ser cruzado por aquéllos que posean el irreductible deseo por alcanzar la esencia de la Bienaventuranza. Los demás se hundirán.

La capacidad para superar los gunas (atributos de la materia) de la naturaleza (prakrithi) no es inherente a cualquiera. Nos llega con la gracia del Señor, y esta gracia se debe ganar por medio de la repetición del Nombre del Señor y la meditación. Desde el principio se debe entender claramente esto: controlar las tendencias de la naturaleza es imposible para todo el mundo. Solamente aquéllos que tienen dominada su naturaleza y cuyas órdenes ésta obedece, tienen tal poder.

del libro: Dhiana Vahini

- Sathya Sai Baba.

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