Una vez que haya entrado en la flor y probado su dulzura ya no zumbará o revoloteará.
No tendrá el extraño pensamiento que perturbe su Bienaventuranza.
Se embriagará tanto con esa bendición que no pondrá atención ni a su propia seguridad, pues cuando los pétalos de la flor se cierran, se deja aprisionar dentro de ella.
Similarmente, una vez que la mente se fija en los pies de loto del Señor, de esa encarnación de la Belleza y Bondad, ya no puede ansiar nada más excepto el néctar de Sus pies de loto".
del libro: Bhagavatha Vahini
-Sathya Sai Baba
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